Prevención de fraudes y abusos financieros

Cómo detectar posibles fraudes

Asusta pensar en que estafadores llamen a sus seres queridos para convencerlos de solicitar un préstamo abusivo o enviarle dinero a un nieto que ha perdido su billetera en otro país. Estos tipos de estafas suceden, pero quienes perpetran la mayoría de los fraudes financieros contra personas mayores conocen a las víctimas.

Dese cuenta de que a sus seres queridos puede resultarles embarazoso admitir que alguien se aprovechó de ellos. Y si un ser querido está sufriendo abuso financiero, tal vez le sea difícil pedir ayuda.

Es posible que a usted le dé temor hablar sobre este tema con su padre o madre ya grandes, pero puede iniciar la conversación con delicadeza. Considere comenzar por preguntarle si notó haber estado recibiendo más llamadas de telemarketing o pedidos de obras de beneficencia.

Preguntas clave:

• ¿Quién administra a diario el dinero de su ser querido?
• ¿En qué situación están esas relaciones?
• ¿Hay cargos de tarjeta de crédito o retiros de dinero nuevos o poco comunes?
• ¿Se le ha dado autorización a alguna otra persona para acceder a su cuenta bancaria o de inversión?
• ¿Su ser querido se ha estado quedando sin dinero al final del mes últimamente?
• ¿Ha mencionado que lamenta o le preocupa alguna decisión financiera que ha tomado en el último tiempo?
• podría haber documentos confidenciales y contraseñas)?
• ¿Alguien le ha pedido hace poco tiempo a su ser querido modificar su testamento o un poder notarial en su favor?

Los estafadores suelen comenzar de a poco. Usted podría recurrir a la ayuda de otros familiares para aumentar la transparencia y reducir al mínimo la posibilidad de fraude financiero. Por ejemplo, si uno de sus hermanos está administrando las finanzas diarias de su ser querido, haga que otro reciba los resúmenes de cuenta para controlar el flujo de dinero.

De igual manera, si usted u otro familiar recibirán pago por servicios de cuidado —lo cual puede ser por completo apropiado—, no olvide establecer un plan con antelación y ser transparente sobre los detalles con el resto de la familia para reducir lo más posible las sorpresas e inquietudes.